ABEDUL - Betula pendula o Betula alba

Componentes: Las hojas contienen:
Saponinas triterpénicas.
Flavonoides (3,3%). Hiperósido (0,8%), avicularina (0,57%), heterósido de mircitrina (0,37%), quercetol (0,25%) y quercitrina (0,14%).
Ácidos fenólicos derivados del ácido cinámico. Ácido clorogénico.
Vitamina C.
Propiedades:
Diuréticas, antisépticas a nivel urinario, antipirético, antiinflamatorias, antirreumáticas, antihipertensivas, analgésicas, astringentes, hemostáticas, cicatrizantes, remineralizantes, vitamínicas y desintoxicantes.
Presentaciones:
Las hojas secas (o frescas) en infusión, como diurético: 30 g por litro de agua. Dos tazas al día. Generalmente se asocia a otras plantas con las que se complementa. Advertimos que la hoja de abedul tiene un sabor muy amargo, poco grato al paladar.
Las yemas y la corteza pueden usarse en decocción como astringente y antidiarreico: una o dos tazas al día.
El extracto líquido: 30 gotas en tres tomas diarias, combinado con agua o zumo de frutas.
Extracto seco nebulizado: entre 300 y 600 mg. Dos o tres tomas al día.
El jarabe de abedul: como febrífugo y analgésico, empleado en afecciones respiratorias, tres cucharadas soperas al día.
En comprimidos de 500 o 250 mg, 2 a 4 al día. Encontrarás productos en los que el abedul se combina con cola de caballo, grama, maíz, etcétera.
Savia de abedul como depurativo. Se toma diluida en la infusión, con agua, zumo de frutas o en el yogur. Destinada a curas para tratar el sobrepeso.
Cataplasmas con abedul: sobre heridas, llagas, ulceraciones de la piel, granos, urticarias y similares.
Indicaciones:
Lo utilizamos comúnmente como un antiséptico urinario de primer orden ya que está indicado en infecciones urinarias como la cistitis, la uretritis, la prostatitis.
Previene la formación de piedras en el riñón y ayuda a disolverlos o eliminarlos en una primera fase si ya se han desarrollado. Puede aliviar el dolor, a veces intenso, que provoca el cólico nefrítico, aunque será una solución complementaria.
Muestra un gran poder antiinflamatorio, especialmente efectivo en caso de inflamación renal (pielonefritis).
Te ayuda a eliminar el exceso de cloruros, urea y ácido úrico por la orina, despliega una notable acción depurativa y desintoxicante.
Alivia el dolor provocado por la inflamación de las articulaciones, se muestra como un analgésico y antiinflamatorio eficaz en tratamientos de largo alcance de la artritis, la artrosis y la gota.
El abedul es muy útil, como alternativa a los antipiréticos de síntesis, para bajar la fiebre en infecciones urinarias, hepáticas y digestivas.
Estimula la emisión de orina, favorece la eliminación de toxinas, previene la retención de líquidos y se señala como terapia de apoyo contra el sobrepeso.
Ayuda a controlar la tensión sanguínea.
Reduce el dolor y la inflamación en contracturas musculares, tendinitis, fibrositis, bursitis y neuralgias.
Se ha indicado como apoyo en el tratamiento natural de la fibromialgia.
Alivia las cefaleas, y se impone como una alternativa interesante a los analgésicos y antiinflamatorios de síntesis (ibuprufeno).
Se indica como solución natural para reducir los estados febriles y aliviar el trancazo en procesos gripales, resfriados y alergias respiratorias.
Por su efecto astringente y antidiarreico, te ayuda a combatir la diarrea y los cólicos.
En uso externo, se prescribe sobre dolores osteoarticulares, sobre eccemas, forúnculos, urticarias, picaduras de insectos y abscesos.
Se ha indicado como antiinflamatorio en caso de cervicitis o inflamación uterina.
Fortalece las raíces del cabello y previene su caída prematura. En tal caso se aplica en forma de loción.
La savia de abedul se prescribe como depurativo, para tratar la litiasis renal (piedras) y en curas desintoxicantes y como apoyo en tratamientos de ayuno.
Saponinas triterpénicas.
Flavonoides (3,3%). Hiperósido (0,8%), avicularina (0,57%), heterósido de mircitrina (0,37%), quercetol (0,25%) y quercitrina (0,14%).
Ácidos fenólicos derivados del ácido cinámico. Ácido clorogénico.
Vitamina C.
Las hojas secas (o frescas) en infusión, como diurético: 30 g por litro de agua. Dos tazas al día. Generalmente se asocia a otras plantas con las que se complementa. Advertimos que la hoja de abedul tiene un sabor muy amargo, poco grato al paladar.
Las yemas y la corteza pueden usarse en decocción como astringente y antidiarreico: una o dos tazas al día.
El extracto líquido: 30 gotas en tres tomas diarias, combinado con agua o zumo de frutas.
Extracto seco nebulizado: entre 300 y 600 mg. Dos o tres tomas al día.
El jarabe de abedul: como febrífugo y analgésico, empleado en afecciones respiratorias, tres cucharadas soperas al día.
En comprimidos de 500 o 250 mg, 2 a 4 al día. Encontrarás productos en los que el abedul se combina con cola de caballo, grama, maíz, etcétera.
Savia de abedul como depurativo. Se toma diluida en la infusión, con agua, zumo de frutas o en el yogur. Destinada a curas para tratar el sobrepeso.
Cataplasmas con abedul: sobre heridas, llagas, ulceraciones de la piel, granos, urticarias y similares.
Lo utilizamos comúnmente como un antiséptico urinario de primer orden ya que está indicado en infecciones urinarias como la cistitis, la uretritis, la prostatitis.
Previene la formación de piedras en el riñón y ayuda a disolverlos o eliminarlos en una primera fase si ya se han desarrollado. Puede aliviar el dolor, a veces intenso, que provoca el cólico nefrítico, aunque será una solución complementaria.
Muestra un gran poder antiinflamatorio, especialmente efectivo en caso de inflamación renal (pielonefritis).
Te ayuda a eliminar el exceso de cloruros, urea y ácido úrico por la orina, despliega una notable acción depurativa y desintoxicante.
Alivia el dolor provocado por la inflamación de las articulaciones, se muestra como un analgésico y antiinflamatorio eficaz en tratamientos de largo alcance de la artritis, la artrosis y la gota.
El abedul es muy útil, como alternativa a los antipiréticos de síntesis, para bajar la fiebre en infecciones urinarias, hepáticas y digestivas.
Estimula la emisión de orina, favorece la eliminación de toxinas, previene la retención de líquidos y se señala como terapia de apoyo contra el sobrepeso.
Ayuda a controlar la tensión sanguínea.
Reduce el dolor y la inflamación en contracturas musculares, tendinitis, fibrositis, bursitis y neuralgias.
Se ha indicado como apoyo en el tratamiento natural de la fibromialgia.
Alivia las cefaleas, y se impone como una alternativa interesante a los analgésicos y antiinflamatorios de síntesis (ibuprufeno).
Se indica como solución natural para reducir los estados febriles y aliviar el trancazo en procesos gripales, resfriados y alergias respiratorias.
Por su efecto astringente y antidiarreico, te ayuda a combatir la diarrea y los cólicos.
En uso externo, se prescribe sobre dolores osteoarticulares, sobre eccemas, forúnculos, urticarias, picaduras de insectos y abscesos.
Se ha indicado como antiinflamatorio en caso de cervicitis o inflamación uterina.
Fortalece las raíces del cabello y previene su caída prematura. En tal caso se aplica en forma de loción.
La savia de abedul se prescribe como depurativo, para tratar la litiasis renal (piedras) y en curas desintoxicantes y como apoyo en tratamientos de ayuno.
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